Paulina

Ha sido algo raro volver al mundo que una vez deje, mas bien que me forzaron a dejar, sentarme otra vez en las pequeñas bancas, tener que cargar una mochila llena de libros, tener que empezar a socializar con personas en las cuales no tienes interés alguno, pero mas raro es tener que aprender, aprender cosas que crees que no te pueden servir(en una vida como la mía las pensaba inútiles), cosas que alimentan a la memoria pero perjudican al razonamiento filosófico. Es interesante como aveces piensas que ciertas cosas ya no te pueden afectar, como el aprender, he disfrutado aprendiendo, siendo yo la esponja, no el elixir maldito de Ramses el grande.



Pero al igual que en lo antiguos tiempos el simple hecho de sentarme cerca de ella me aterra, me llena esa cobardía apoyada en la creencia de que las cosas que deseas son tullas por derecho, solo por lo que en verdad peleas te puede llegara a pertenecer, pero en esta semana apenas si la he visto de lejos sin dejar que me descubra, me he refugiado en la esperanza de que llegue a nesesitarme, de que tire su lápiz, de que tenga una duda que solo yo pueda responder, o llegar a formar parte de su equipo de trabajo. Creo que para ella yo solo he sido sombras sabe que estoy ahí pero al igual que con las demás personas no me presta atención especial. Cosa en común la soledad de ambos. Por el momento me conformo que ver sus pensativos y tímidos ojos color miel.